Jesús Castro, el actor español más atractivo

El cine español siempre ha sido diana de muchas críticas por parte de ciertos sectores de la sociedad, especialmente por las subvenciones que recibe. Como parte de la apuesta cultural no solo de España, sino de cualquier país, las películas hechas en territorio nacional cuentan con una línea directa de crédito. En la mayoría de casos, esas subvenciones se devuelven tras el estreno de la película, así que no son a fondo perdido. Sin embargo, en un país como el nuestro, con tanta polaridad en las opiniones, el cine se ha convertido en un nuevo campo de batalla ideológica. Ese mismo sector que está en contra de las subvenciones argumenta que las películas que se hacen tienen un claro sesgo, convirtiéndose poco menos que en propaganda. Además, aluden a la falta de interés del público general por estas producciones, que no suelen destacar en taquilla. Por eso, cuando hay un éxito español en cines, la noticia es aún más sorprendente. En el 2014 se produjo un fenómeno realmente curioso en nuestro cine, ya que no hubo solo un taquillazo, sino varios.

La película de comedia Ocho Apellidos Vascos, con Dani Rovira y Clara Lago, se convirtió en la producción nacional que más dinero recaudó en nuestros cines, pulverizando todos los récords. Aquel empujón también vino muy bien a otras películas patrias, aunque poco tuvieran que ver con la comedia costumbrista. El Niño, de Daniel Monzón, y La Isla Mínima, de Alberto Rodríguez, se estrenaron con apenas unos meses de diferencia, y consiguieron un enorme éxito en taquilla. Ambas también tuvieron gran presencia en la edición de los Goya del año siguiente, donde Ocho Apellidos Vascos se llevó igualmente algún galardón. Estas dos producciones tenían varios puntos en común, pero había uno que llamó especialmente la atención. La presencia de un joven andaluz, de acento marcado, cuerpo fibroso y unos ojos azules que recordaban incluso a los del mito Paul Newman. Su nombre era Jesús Castro, y en apenas unos meses se consolidó como uno de los actores con mayor potencial del país, gracias a estas dos producciones. Su carrera ha seguido en series y películas, pero ¿ha cumplido con las expectativas?  

Sus inicios

Castro nació en Vejer de la Frontera, una población gaditana, en 1993. Su juventud transcurrió de una manera bastante normal, como la de cualquier otro chico de Cádiz. Estudió un grado medio de Electrónica y comenzó también a ayudar a sus padres en la cafetería familiar siendo aun muy  joven, para ganar algo de dinero. Mientras tanto, hacía de relaciones públicas para varios locales de la zona, y empezó a presentarse a algunos castings.

Hizo sus pinitos primero como modelo, y pronto como actor, en pequeños cortos. Su gran oportunidad llegó con El Niño, una película de Daniel Monzón para la que fue escogido en un casting con más de 3.000 candidatos. La naturalidad de Castro fue determinante para que el director apostara por él, incluso por delante de otros actores más experimentados.  

Papeles en películas y series

A Castro se le abrieron de par en par las puertas de la industria del cine gracias a su papel en El Niño. El joven encandiló a todos con su actuación, destacando incluso al lado de actores como Luis Tosar, Eduard Fernández o Barbara Lennie. Un estreno por todo lo alto para un chico que jamás pensó que podría dedicarse profesionalmente a la actuación, pero que supo aprovechar esta oportunidad. De hecho, poco después formaría también parte del reparto de La Isla Mínima, la otra gran película de aquel 2014 en nuestro país. De la mano de Alberto Rodríguez, Castro logró un registro incluso más profundo, haciendo que su físico destacase en su interpretación.

Y es que el joven se había convertido en todo un sex symbol para miles de chicas españolas, que suspiraban por sus ojos cristalinos. Tras estas dos grandes producciones, Jesús Castro decidió centrarse más en la televisión. Así es como llegó a El Príncipe, serie de éxito emitida por Telecinco, en el año 2015. También participó en Mar de Plástico, serie de Antena 3, antes de volver a Telecinco para la única temporada de Perdóname, Señor. En 2019 da el salto internacional gracias a La Reina del Sur 2, donde interpretaba a Jesús, mientras se emitía también su nueva serie en España, Brigada Costa del Sol. El año 2020 pilló a Castro más centrado en realities, con su participación en Masterchef, el prestigioso programa de TVE. Sin embargo, sus aspiraciones actorales siempre estaban presentes, y solo necesitaba encontrar el proyecto  perfecto. Así es como llegó a Diaria de un Gigoló, su nueva serie internacional.  

Diario de un gigoló, su último gran éxito

En 2022 llega a Netflix una producción de Telemundo, una de las productoras más grandes de toda Latinoamérica. Diario de un gigoló se presenta como un drama centrado en las vivencias de Emanuel, un joven gigoló que tiene que hacer frente a una difícil situación amorosa. Castro fue elegido como protagonista para esta serie rodada en Argentina con un gran elenco internacional. El estreno en Netflix se produjo en septiembre de 2022, y la serie logró auparse entre lo más visto en varios países. El tirón que Castro había tenido hasta ese momento en España y México, gracias a producciones anteriores, se expandió a todo el mundo latino e internacional. Como ocurrió también con actores de otras series españolas como Élite o La Casa de Papel, Castro vio como sus seguidores aumentaban en sus redes sociales.

Y no es para menos, porque el papel de esta nueva producción parecía hecho para el actor gaditano. Su capacidad de seducción ante la cámara es incuestionable, como ya habíamos podido comprobar en sus anteriores proyectos. Castro, además, consiguió perfilar su cuerpo gracias al ejercicio físico y a un duro entrenamiento, para convertirse en un auténtico Adonis irresistible. En la ficción, su personaje debe seducir a la hija de una importante empresaria, que además es una clienta habitual de sus servicios sexuales. Como suele pasar en estas ocasiones, lo que empieza como un juego termina convirtiéndose en una relación de amor y pasión que hace peligrar todo el mundo del protagonista. No faltan las escenas candentes, que hacen las delicias de las fans del actor.  

Mucho más que una cara bonita

En muchas ocasiones se ha achacado a Casto el vivir solo de su físico, de su belleza, siendo un actor mediocre. Es una teoría bastante extendida que lleva décadas repitiéndose con muchos actores, y sobre todo, actrices. Ser atractivo es condición casi inexcusable para triunfar en el cine o la televisión, pero sin talento interpretativo lo normal es que no se llegue muy lejos.

Castro estuvo nominado a Actor Revelación por El Niño en los Goya, aunque finalmente no se llevó el premio. Ha trabajado de forma recurrente tanto en nuestro país como en Latinoamérica, y se ha convertido en uno de esos rostros que enganchan a la audiencia. Con todo ello ha demostrado que es más que una simple cara bonita, y que sabe muy bien cómo dar vida a personajes complejos.